¿Cómo nos afecta el cambio de horario?

Cómo nos afecta el cambio de horario
¿Cómo nos afecta el cambio de horario?

¿CÓMO NOS AFECTA EL CAMBIO DE HORARIO? Dos veces al año, en muchos países del mundo se adelanta o atrasa la hora oficial con el motivo de aprovechar las horas de luz solar y conseguir, de esta manera, un ahorro energético y reducir la necesidad de la iluminación artificial.

La primera vez que hubo un cambio de horario estacional por este motivo fue en Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial y el objetivo fue ahorrar combustible. Sin embargo, el origen de esta idea es en 1784 cuando Benjamin Franklin propuso algunas medidas para ahorrar energía, entre las que se encontraba reducir el consumo de cera y velas.

El cambio horario no tiene por qué afectar a nuestra salud y bienestar sin embargo ha provocado cansancio y estrés en los humanos.
El ser humano es un animal de costumbres y aunque el cambio horario de invierno es más llevadero que el de verano porque ese día dormimos una hora más, el cuerpo debe ajustarse al nuevo horario, se hará de noche más temprano y tendremos la brusca sensación de que los días son más cortos.
Médicos certifican que el cambio de hora provoca desajustes en el organismo, principalmente una alteración de sueño, pero no son duraderos, el cuerpo se termina ajustando a las nuevas condiciones de día y noche. Nuestro cuerpo experimenta algo parecido al famoso “jet lag” después de un vuelo de larga distancia.
El ritmo biológico, ese reloj interno con el que funciona nuestro cuerpo, es básico en nuestra salud y está comprobado que cuando se desregula nos afecta. Además de cansancio, los problemas de estómago o el envejecimiento de la piel son algunos de los efectos.

Hay algunas cosas que puedes hacer para adaptarte al cambio horario de finales de octubre, para que no resulte tan pesado:

-No cambies bruscamente. Retrasa la hora de acostarte quince minutos cada día y levántate un poco más tarde. Si lo haces poco a poco a lo largo de una semana, el cambio será casi imperceptible. Puedes aplicar la misma regla con el horario de las comidas.
-No compenses el cansancio con siestas. Si lo haces, sobre todo si no está en tus hábitos, alteras aún más tu reloj interno.
-Busca la luz solar. A medida que se acerca el invierno, cada vez tenemos menos horas de sol. Es importante que en cuanto tengas oportunidad la aproveches para que te lleguen sus rayos. Por ejemplo, con un paseo a mediodía.
-Haz ejercicio. El movimiento activa nuestro cuerpo. Pese a que pueda parecer contradictorio, el ejercicio físico te dará energía para poder llegar en mejores condiciones al final del día.
-Mantén los mismos horarios de comidas, aunque tengas menos hambre.
-Procura hacer cenas ligeras y al menos dos horas antes de acostarte.
-Incluye alimentos ricos en triptófano,esencial para la segregación de melatonina y que favorece un sueño reparador: plátano, chocolate negro, lácteos, huevos, pescado, legumbres, frutos secos.

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